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martes, 11 de noviembre de 2014

9N: VENCIÓ LA MAYORÍA SILENCIOSA

Oriol Junqueras fue voluntario en la pseudo-consulta y participó en el recuento
Que no os engañen. Que sólo haya participado el 35% del censo catalán en esta pseudo-consulta es un auténtico fracaso. Sobre todo teniendo en cuenta que los catalanes tenían la consulta hasta en la sopa. La televisión pública catalana, que debía ser de todos, no sólo de los independentistas, ha sido utilizada como herramienta de propaganda por el régimen nacionalista. El Govern que debía ser neutral en un proceso de estas características, pues es el gobierno de todos los catalanes, ha hecho campaña por el sí-sí, los medios subvencionados por la Generalitat han voceado diariamente sobre la votación, y hasta determinadas plataformas ciudadanas han manchado las ciudades de Cataluña con el beneplácito de la mayoría de los Ayuntamientos. La ANC pinta un pueblo de amarillo para reivindicar la independencia

Y que después de todo esto vote sólo el 35% a mi me parece un batacazo antológico, por mucho que los que viven de ese proceso digan. No pueden admitir el fracaso porque se les acabarían los argumentos.

La realidad es clara y manifiesta. De los 6 millones 200 mil catalanes llamados a las urnas, sólo 2 millones 300 mil han ido a votar. Esto es el 35% aproximado. O sea que el 65% no ha ido, y no ha ido porque no ha querido, nadie se lo impedía.

Sólo 1 tercio del censo vota en la consulta del 9N. Crónica Global

Esto es una demostración de que el asunto de la independencia catalana es un problema creado por los políticos que agitan a las masas contra otros ciudadanos que lo que queremos es convivir en paz como hemos hecho durante tantos y tantos años.

Pero es que encima, de los que han votado, el 20%  aproximadamente ha dicho no a la independencia. Esto significa que hay en Cataluña, aproximadamente también, 1 millón 600 mil independentistas. ¿Mayoría? 27% de catalanes. Cataluña tiene 7 millones de habitantes. ¿Y estos cuatro lunáticos azuzados por las mentiras de Esquerra Republicana, Convergencia y Unió y los antisistema de las CUP van a decidir el futuro del resto de 5 millones de catalanes?

En medio de toda esta escenificación y pantomima, el presidente del Gobierno español, se esconde. Se esconde como ha hecho siempre. Se esconde porque es un político carente de liderazgo y carente de ingenio político. Es un cobarde y no está a la altura del cargo que ocupa.

No sólo permitió una ilegalidad, sino que después de permitirla no compareció para dejar claro que con la soberanía nacional no se juega. Y tiene que ir a Cataluña. Que los catalanes se sientan respaldados por el Estado. Los no-independentistas que tanto están soportando en medio de un régimen que les discrimina no se sienten respaldados por el Estado. Y esto no puede ser.

Además hay que dialogar. Lo que han creado los políticos deben solucionarlo los políticos. La convivencia es la única solución, pues lo contrario sería un conflicto, una nueva guerra civil.

Estamos ante dos presidentes irresponsables. Uno porque ha puesto a Cataluña al borde del abismo, dividida socialmente, y donde la libertad de algunos está en entredicho. Y el otro porque no sabe cómo actuar, sin valentía para hacer respetar la legalidad, y sin mano para tratar de reconducir la situación. Ambos deberían dimitir indudablemente.

Para concluir. Son ya muchos meses de esta pantomima utilizada para tapar las corruptelas de algunos políticos catalanes. Muchos meses en los que los catalanes están sufriendo una crisis durísima y a su gobierno sólo le importa la dichosa independencia que sólo agravaría la crisis. Y el resultado es que sólo votan la pseudo-consulta el 35%. Déjense de mamandurrias y gobiernen por los problemas reales. Ayer, 9N venció la mayoría silenciosa.

sábado, 8 de noviembre de 2014

9N: Un insulto a la democracia

Artur Mas tras firmar el decreto de convocatoria de la consulta del 9N.
Mañana se producirá uno de los mayores insultos que ha sufrido la democracia española en su corta historia. Un grupo de individuos han considerado que sus ideas deben estar por encima de las de los demás y lo que es más duro, por encima de las leyes que nos hemos dado todos.

Una democracia no es tal si no tiene un conjunto de leyes que la articulan. Sin esas leyes, las reglas serían difusas y ligadas a la arbitrariedad de cada uno. No es algo que nos hemos inventado los españoles. Todos los países serios democráticamente hablando tienen un ordenamiento jurídico que rige las relaciones entre los individuos que conforman ese Estado.

Obviamente, las leyes no son inamovibles, pueden modificarse. Pero esas modificaciones deben hacerse también dentro de la ley, porque si no esto sería un cachondeo.

Por encima de todas las leyes está la Constitución. Esa que ahora muchos demagogos insultan pero que nos ha permitido vivir los 30 mejores años de nuestra historia. 30 años donde hemos avanzado en multitud de aspectos. Hemos pasado de ser un país atrasado a un país desarrollado. Hemos pasado de vivir continuamente batallando unos contra otros a vivir en una paz ciudadana, solo quebrantada por la barbarie terrorista, que hemos vencido con la ley también. Pues bien, esa Constitución dice clara y meridianamente en su título preliminar, Artículo 1.2,  que la soberanía es de todos los españoles. Constitución española 1978

Ahora que la crisis nos ha golpeado duramente, por culpa de un sistema que penaliza al más débil, vemos todo tambalear. Pero no nos podemos engañar. Que nuestra democracia necesite muchos cambios no significa que podamos, ni debamos saltarnos la ley. Cambiemos el sistema pero desde dentro. Lo contrario sería peligroso y nos condenaría de nuevo a una España de frentes.

Como decía, mañana algunos se creen con la legitimidad de tomar decisiones por el conjunto de la sociedad. Un asunto tan grave como la separación de una parte del Estado, es un asunto que debemos acordar todos, ya que a todos los ciudadanos españoles nos influye. Que Cataluña se separase nos afectaría al resto de las regiones españolas. Nos afectaría afectivamente, económicamente, laboralmente, sin hablar de los derechos que perderíamos los ciudadanos, como el de libre circulación, libre comercio, libertad de residir en aquel territorio,o de montar un negocio, etc.

Me niego a que me impidan decidir sobre lo que mi país será mañana. Me niego y no lo vamos a permitir.

Dicen que sólo es una consulta. La realidad es que pretenden que esa consulta de paso a la independencia unilateral. Que esa consulta tratase de legitimar una Declaración Unilateral de Independencia. Creen que si el sí es abrumador el Estado español deberá aceptar una negociación para reconocer la independencia de Cataluña. Lo de mañana es una pantomima de primer nivel. No quieren que la gente se exprese, quieren que esa "consulta" sirva de pretexto para declarar la independencia.

Parece que tienen una mayoría social. Mayoría conseguida a través de muchos años de mentiras y manipulaciones. El Estado también ha tenido la culpa por consentirlo. Muchos catalanes creen que España les perjudica, que nada tienen que ver con España. La realidad es que son siglos de convivencia e historia común, y ahora cuatro lunáticos no se lo van a cargar.

Lo de mañana no tiene ninguna legitimidad. Y evidentemente no tiene ningún valor. El Tribunal Constitucional ha declarado ilegal esta fantochada. A pesar de ello la Generalitat sigue manteniendo el pulso con el Estado. Además de todo esto, no tiene ninguna garantía democrática. Lo han organizado ellos, solo ellos han hecho campaña, han cubierto Cataluña con su propaganda ignorando que es una región plural, y ellos, solo ellos van a participar y a hacer el recuento. ¿Dónde está la democracia aquí?

El Gobierno español actual, carente de determinación y valentía cree que dejando actuar a los pro-golpistas los ánimos se apaciguarán. La realidad es que esto terminará como el rosario de la Aurora si el Gobierno no da un golpe sobre la mesa y deja claro que con las leyes no se juega.

Pero además hay que sentarse a hablar, y a la vez estar presente en Cataluña. Que los catalanes no tengan un único mensaje, el de España nos roba, sino que vean atractivo el proyecto de convivencia que debe ser España. Hay que explicar porque debemos seguir juntos y porque es mejor seguir juntos.

Y hay que sentarse a hablar. Porque la política es eso, la negociación. Negociación para que no haya un choque de trenes que nos coloque al borde del abismo, pero a la vez para dejar claro que la convivencia entre españoles no es negociable.

Nuestra democracia está siendo atacada. Mañana se cumplen 25 años de la caída del Muro de Berlín, muro que separaba la sociedad alemana en 2. Separaba familias y su caída supuso la reconciliación de los alemanes. Mañana algunos pretenden construir un nuevo muro en la vieja Europa, pretender separar nuestra sociedad, pretenden separar familias. Lo de mañana es un insulto a la democracia.

Fotogalería de la caída del Muro de Berlín. 9N de 1989. Fuente: rtve.es

lunes, 3 de noviembre de 2014

Démosles una patada en el culo

Momento de la detención de Francisco Granados. Foto www.elcorreo.com

Estoy harto. Y como yo una amplia mayoría de ciudadanos de este país. Nos han tomado el pelo durante décadas. Con el pretexto de que a todos o a casi todos nos iba bien, un número significativo de políticos consideraron que por unos cuantos millones de euros que se llevasen a Andorra, a Suiza o a cualquier otro paraíso fiscal no iba  pasar nada, nadie se iba a quejar.

La corrupción está aferrada a nuestra democracia y va a costar despegarla. Cada día nos despertamos con una nueva detención, una nueva imputación. Ex-presidentes autonómicos, ministros, consejeros de comunidades autónomas, empresarios, sindicalistas, mineros, jefes de la casa del rey, etc.

Detenido el ex número 2 del PP madrileño, Francisco Granados

De derecha la mayoría, pero también de izquierdas, de centro, liberales, comunistas, regionalistas, nacionalistas. Todos trincaron en este festín de corrupción, salvo unos pocos honrados.

Parece que no se puede confiar en nadie, en medio de la mayor crisis económica de nuestra joven democracia. Quizá esta podredumbre es también causa de la magnitud del abismo económico en el que nos encontramos. Más de 5 millones de parados, una deuda desorbitada, pobreza, emigración.

Y quiero pensar que esta crisis será la que acabe con esta enfermedad que tiene nuestra sociedad, quiero pensar que es curable y que no estamos en fase terminal. Hay un dicho muy español que dice que no hay mal que por bien no venga. Que esta crisis sirva para limpiar toda la mierda que cubre nuestra nación y que no nos deja ver el horizonte.

Tenemos un país enfermo, y está en nuestras manos cambiar las cosas. No podemos volver a caer en los mismos errores. Démosles una patada en el culo

lunes, 20 de octubre de 2014

CREO EN ESPAÑA

Termina este 12 de Octubre de 2014. Termina otro año la fiesta nacional. Por encima de banderas, de desfiles militares, de ofrendas florales, y demás elementos intrascendentes, quiero trasmitiros porque merece la pena creer en España, aunque ahora sea difícil defender esto con la que está cayendo.

Además, los que nacimos ya en democracia tendríamos que estar agradecidos del país en el que nos ha tocado nacer, y si no preguntar a vuestros padres y abuelos, independientemente de que haya mil cosas que cambiar y de que ser inconformista es una cualidad maravillosa, pero relativizando un poco.

Ciudadanos reunidos el 15 de Mayo de 2011 en la Puerta del Sol de Madrid

Creo en España, porque fue ese país donde los ciudadanos antes de la muerte de Franco y después de ella, empujaron para impedir que siguieran las cosas igual. Y consiguieron la democracia, no sin golpes, no sin lágrimas, no sin muertes.

Creo en España, porque conseguimos en 20 años converger en muchos aspectos con el resto de países europeos. Nos dimos una Sanidad pública de las mejores de Europa, y una Educación pública, que a pesar de sus defectos, consiguió acabar con el analfabetismo en apenas dos décadas.

Creo en España, ese país donde la igualdad entre hombres y mujeres es un asunto de Estado. Somos muchos los que ponemos nuestro empeño diario en alcanzar esa igualdad y en terminar con la mayor lacra que existe, que es la violencia de género.

Creo en España, porque somos líderes en trasplantes a nivel mundial, lo que demuestra 2 cosas. Un Sistema de salud que funciona y una población concienciada en ayudar desinteresadamente, una población solidaria.

Los españoles, en líneas generales somos solidarios, lo hemos demostrado con creces. Y lo somos tanto hacia dentro como hacia fuera. Recuerdo el desastre del Prestige y como autocares de todas partes de España salían hacia Muxía para prestar su ayuda. O como tras el atentado del 11 de Marzo de 2004 en Madrid, los hospitales se colapsaban de donantes de sangre.O como nos hemos movilizado tantas y tantas veces contra injusticias y hemos vencido, como con los desahucios, y con los recortes. En el exterior, la cooperación española es un ejemplo. La gubernamental y sobre todo la llevada a cabo por organizaciones sin ánimo de lucro que luchan contra epidemias y contra el hambre.

España, líder mundial de trasplantes

Creo en España, porque somos un país pionero en la lucha de los homosexuales, transexuales y bisexuales por normalizar su condición, por eliminar los prejuicios que existían y aún existen hacia estos colectivos. Fuimos el 4º país del mundo en aprobar el matrimonio homosexual y en aprobar la adopción por parte de estas parejas.

España fue el 4º país del Mundo en aprobar el matrimonio homosexual

Creo en España, un país que consiguió vencer al terrorismo. Los españoles nos echamos a la calle, soportamos con entereza la dureza de los asesinatos indiscriminados de esta organización de malnacidos. Y con la ley en la mano y con la democracia vencimos a ETA.

Creo en España, ese país donde tenemos una de las mayores esperanzas de vida del mundo, un país donde la xenofobia y el racismo no son un problema, donde la integración de los inmigrantes es un ejemplo, y uno de los países más visitados del mundo por nuestra hospitalidad y carácter, además de nuestra historia, cultura, clima y paisajes.

Me dejaré muchas cosas en el tintero. Sé que en los tiempos que corren es difícil que veamos todas estas cosas, cuando hay miles de familias sin recursos, miles de personas que han perdido su casa y su trabajo mientras un puñado de políticos han malgastado nuestro dinero y se han forrado a nuestra costa. Pero España somos nosotros no ellos, somos sus ciudadanos y conseguiremos levantar esto de nuevo.

Creo en España a pesar de algunos políticos. Hay muchas cosas que arreglar. Hay muchas cosas por las que luchar. Claro que podríamos hablar de paro, de corrupción, de recortes, de injusticias varias, pero sueño con un país que las supere, porque creo en los ciudadanos de este país, creo en los españoles, y por tanto creo en España.

martes, 29 de julio de 2014

Reiniciando España


Esta maldita crisis, la peor que ha vivido España en la democracia, nos ha cambiado para siempre. Todavía no la hemos superado, son ya más de 6 años en el que la sociedad ha sufrido un zarandeo que nos ha transformado definitivamente. Nada volverá a ser igual.

Vivimos una época convulsa en la que los ciudadanos rasos hemos soportado el peso de esta crisis económica que no creamos nosotros. Los culpables son otros, hay que mirar un poco más arriba para encontrarlos.

Los verdaderos culpables, que todos conocemos, están pasando de puntillas por esta crisis. Ellos son los responsables, pero han mirado para otro lado, como si tanto sufrimiento no fuera con ellos.

El sistema está tocado, aunque no de muerte. Este modelo, en el que el puesto de trabajo de un ciudadano de a pie, su vivienda, su vida y la de su familia depende de una decisión tomada fríamente desde un despacho, no puede seguir siendo el que nos rija.

Los ciudadanos tenemos derecho a que los políticos gobiernen para nosotros, y no para las empresas y la élites económicas y políticas. No quiero ser demasiado extremista en este punto. Las empresas son fundamentales para el funcionamiento de una sociedad, para su avance, para su progreso. Pero otro tipo de empresas. Unas que se comprometan con la sociedad. Necesitamos empresas que no estén solo a las maduras, sino a las duras también. De estas tenemos pocas ahora mismo.

Los países no pueden estar gobernados por las grandes corporaciones. Tampoco un país puede estar gobernado por otro. Durante estos años en la Europa de los 28, solo ha importado la voz de un solo país, Alemania. El austericidio se ha impuesto por encima de las personas. Había que recortar aunque esto supusiera el fin de las ilusiones de miles de ciudadanos.

Pero algo está sucediendo, no solo en España, sino en Europa entera. La gente ha dicho basta. Los poderes políticos y económicos le ven ahora las orejas al lobo y temen por sus posaderas. Esto me parece el único elemento positivo de esta puta crisis.
En nuestro país han surgido infinidad de movimientos ciudadanos que han levantado la voz ante tanta injusticia. Para poner un ejemplo, el Movimiento 15 M, que dio la vuelta al mundo, y fue un ejemplo a nivel mundial de movilización pacífica que exigía un cambio.

     Cabeza de la manifestación del 15 de mayo de 2011 en Madrid    

Mención especial también merece la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Una plataforma encabezada por Ada Colau, que ha luchado con uñas y dientes para ayudar a personas que estaban a punto de perder su casa, y en muchos casos han logrado paralizar el desahucio o han conseguido la dación en pago. Los desahucios han sido, junto con los suicidios, la cara más trágica de esta crisis económica. Una ley hipotecaria injusta, que te echa de casa y a la vez te obliga a seguir pagando una vivienda que ya no vas a disfrutar. Los ciudadanos son los perjudicados de que esta ley no quiera cambiarse y, como siempre, los beneficiados son los bancos. Dicha plataforma recibió el premio Ciudadano europeo de 2013 reconociendo esta lucha. Premio Ciudadano europeo 2013 PAH

También merecen una mención especial, pero en este caso desde el punto de vista negativo, los bancos. Entre todos los hemos rescatado, con dinero público, siendo empresas privadas. Pero este rescate luego no se ha traducido en que estos usureros ayuden a los ciudadanos a salir adelante. Han especulado, y lo seguirán haciendo con nuestro dinero y con las viviendas que han ido robando a trabajadores, pensionistas, discapacitados, etc. Rescate a la banca española. Junio 2012

Pero este terremoto que está sufriendo el sistema también tiene su cara peligrosa, la irrupción de partidos políticos de corte populista, en algunos casos xenófobos, nacionalistas, que aprovechando el descontento de la gente tratan de señalar otros culpables de la crisis y así sacar partido e imponer su ideología.

En Francia, por ejemplo, está el caso del Frente Nacional que de la mano de Marie LePen fue la fuerza más votada en las últimas europeas. Un partido neofascista que señala a los inmigrantes como principal problema y que quiere replantearse la pertenencia del país galo en la Unión Europea.
En Grecia Amanecer Dorado, partido neonazi, ha crecido vertiginosamente, también en el Reino Unido tenemos el ejemplo de UKIP, también de extrema derecha. El Frente Nacional francés gana las elecciones europeas en Francia. Mayo 2014

El extremismo de izquierda también ha crecido a base de discursos populistas en muchos países. En la propia Grecia, Syriza es el segundo partido más votado. El Movimiento 5 estrellas de Beppe Grillo en Italia consiguió ser la tercera fuerza nacional en las generales de 2013. En España ha irrumpido Podemos, partido liderado por el profesor Pablo Iglesias, que aunque acierta señalando a los culpables de esta crisis, se equivoca al creer que la solución es el otro extremo.

Los extremos nunca son buenos, tampoco en política. La sensatez nos dice que hay que cambiar muchas cosas, sí, pero con los pies en el suelo. No pueden plantearse situaciones utópicas. Los planteamientos siempre tienen que estar sujetos a la realidad, a lo que puede o no puede hacerse en política. Como decía Aristóteles "la política es el arte de lo posible". Tenía razón. A todos nos gustaría, por ejemplo, vivir sin trabajar, o jubilarnos a los 50, pero esto haría la sociedad insostenible. Deben proponerse cosas que puedan cumplirse sin hacer quebrar al Estado.

Sin embargo la irrupción de estos partidos tiene un componente positivo, ha despertado a los partidos hegemónicos y estos han empezado a moverse. Dimisiones, renuncias, retiradas, son el pan nuestro de cada día. Quizá tendría que haber más, pero esto hace años era impensable.

España está en proceso de profundo cambio y no sabemos hasta donde llegará. Hemos cambiado de Jefe de Estado tras la abdicación del rey. Juan Carlos I ha dado paso a Felipe VI. Algunos van más allá y piden el cambio en la forma de Estado, planteando la proclamación de la República. El rey abdica. Junio 2014

Otro cambio que se avecina es el de la Constitución. Cambio que empieza a urgir. La Constitución ha hecho un gran servicio al país pero debe adaptarse a la realidad actual. El modelo territorial necesita también un cambio para encajar a todos sin que se rompa la unidad y la igualdad.

El bipartidismo ha dado paso a una afloración de partidos de diferente corte. Si en las últimas generales Partido Popular y Partido Socialista representaban cerca del 80 % de los votos, en las últimas europeas apenas llegaban al 50 %.

Todo está cambiando, y viniendo de donde venimos el cambio es bueno siempre que se haga ordenadamente y con cabeza. ¿Cuánto de profundo será el cambio? Eso no puede saberse aún porque aún estamos inmersos en él, aún estamos reiniciando España.

martes, 3 de junio de 2014

¡El rey ha abdicado! ¡Qué viva el rey!

El Rey se dirige a los españoles después del Golpe de Estado, 23 Febrero 1981. Fuente: elpaís.com

No soy monárquico. Tampoco soy republicano en el sentido pasional de la palabra. Solo soy un español nacido en democracia y agradecido por haber vivido en la etapa más próspera y pacífica de la historia de nuestro país.

La República es el sistema de gobierno más justo. Es más justo porque los ciudadanos eligen cada cierto tiempo al Jefe del Estado. Que una persona nazca en una determinada familia y esto le sitúe en una posición privilegiada, no parece muy justo.

Sin embargo, que la jefatura de Estado esté en manos de los partidos políticos tampoco sé si es bueno del todo. La Monarquía garantiza la imparcialidad del Jefe del Estado y representa la unidad de los españoles por encima de sus diferencias ideológicas.

Y eso es lo que necesitamos ahora, unidad. Imaginaos a Mariano Rajoy como presidente de la República, o a Cayo Lara.

Así que no tengo claro que el elegir una República fuese una solución para los males de España. Porque ese es otro de los dilemas que aquí se plantean. Algunos están presentando la hipotética III República como la solución a los problemas de los españoles, como la panacea al funcionamiento del Estado. ¿No se dan cuenta que el problema es otro? ¿Se creen que al día siguiente de proclamarse la República dejaría de haber 6 millones de parados? ¿O que la sanidad pública iría mejor?

El problema de España es ideológico, es decir, en este punto de la partida lo que está en juego es el modelo ideológico de Europa. Por un lado está la Europa social, de la que yo soy partidario, que apuesta por un Estado de bienestar, donde los ciudadanos sean ayudados por los gobiernos cuando tengan dificultades.
Y por otro lado están los neoliberales, o como yo les llamo, los Merkelistas, herederos del modelo que Margaret Thatcher instauró en el Reino Unido a finales de los 80, donde el tema social queda en un segundo plano. Este modelo trata de que nos parezcamos cada vez más a los Estados Unidos. Es un modelo deshumanizado, donde sólo el que tiene dinero sobrevive.

Esto es lo verdaderamente importante. La simple instauración de la República no va a solucionar nuestros problemas. Les recuerdo a mis amigos demagogos que una República puede ser de derechas o de izquierdas, en función de lo que la gente vote, en unas eventuales elecciones. Por tanto, muy probablemente los recortes sociales también se producirían en esa hipotética República.

Pero como ya dije en el post anterior, "Populismos, ¡no, gracias!", la demagogia y el simplismo se ha instalado en nuestra sociedad. Somos un país de frentes, un país condenado a estar dividido en dos. Cualquier acontecimiento como el de ayer se convierte en excusa para cargarnos todo lo conseguido hasta este punto.

La Monarquía es un sistema arcaico, anticuado, e incluso podríamos decir que desde el punto de vista democrático injusto. Ahora bien, al César lo que es del César, si el todavía rey no hubiese tenido voluntad de avanzar hacia una democracia, todo lo que vino después no hubiese sucedido. 
Es cierto que fue elegido como sucesor a la jefatura del Estado por el golpista dictador general Franco, pero también es cierto que Don Juan Carlos se ganó la legitimidad del pueblo abriendo al país hacia una democracia, asunto que no gustó a los herederos del franquismo y que le generó más de un problema como el Golpe de Estado del 23 F. Teorías de la conspiración aparte, si aquel golpe hubiese triunfado la democracia en España no hubiese prosperado.

Llegados a este punto, creo que sería recomendable para el país que, aprovechando una reforma de la Constitución necesaria, nos planteásemos la posibilidad de debatir si queremos Monarquía o República. Creo que sería conciliador y, de triunfar el sí a la monarquía, podría servirle al Príncipe Felipe como respaldo y legitimación. Ya nadie podría decir que la monarquía parlamentaria es heredera del franquismo, como algunos populistas vociferan.

Miles de ciudadanos piden un referéndum para elegir la sucesión de la jefatura del Estado y  la 3ª República,
2 de Junio de 2014. Fuente: laprovincia.es

Pero requiere un debate sereno, unos plazos adecuados, y por supuesto, realizar todo el proceso siguiendo los procedimientos democráticos. No es positivo para un país que estemos agitando continuamente pasiones y despertando fantasmas del pasado. Como tampoco sería positivo que estuviésemos planteando estas cuestiones cada 20 años. No es bueno para la estabilidad de un país.

Cuando llegue el referéndum bienvenido sea. Ahora toca decir, ¡el rey ha abdicado!, ¡Qué viva el rey!

domingo, 1 de junio de 2014

Populismos, ¡no, gracias!


Cuando el Partido Popular llegó al gobierno, lo hizo en medio de la mayor crisis económica que hemos vivido en democracia. Los españoles asustados, no se pararon a pensar en la sensatez de las propuestas populares, ni en si cumplirían con su palabra. Se opto por el camino fácil, creer a la oposición de entonces que culpaba de todos los males al gobierno de Zapatero, aún sabiendo que el problema era mucho más hondo, ya que se trataba de una crisis a nivel mundial, que ni ellos podrían superar tan fácilmente.

Pero optaron por concederle la mayoría, porque no votamos con conciencia, no nos paramos a ver que propone cada partido, y que es verdad y que es mentira de lo que cada partido vocifera. Simplemente nos basamos en determinadas declaraciones que nos llegan a través de los medios de comunicación y que se nos quedan clavadas como espadas. No profundizamos más allá.

El tiempo nos ha dado la razón a aquellos que pensábamos que el gobierno del Partido Popular, no solo no iba a mejorar las cosas, sino que iba a empeorarlas. Y así estamos.

Esto mismo ha ocurrido en las elecciones europeas que se celebraron el pasado 25 de mayo. Aparte de lo incomprensible de la victoria del Partido Popular, aunque bien es cierto que pierde millones de votos, está el caso de Podemos.

La formación de Pablo Iglesias ha conseguido más de 1 millon 200 mil votos en su primera incursión en unas elecciones. En muchas poblaciones se ha convertido en la tercera fuerza política.

¿Dónde esta su éxito? Pues tristemente en el populismo. Pablo Iglesias es un gran comunicador. Muchas de sus intervenciones están cargadas de razón, y yo estoy de acuerdo con él en muchas de sus ideas. Por ejemplo en culpar de la crisis a las grandes fortunas y a los gobiernos que parece que gobiernan para las grandes empresas.

Critica que son las clases más desfavorecidas las grandes perjudicadas y llama a revertir tal situación. Evidentemente estoy totalmente de acuerdo con él. También cuando critica los recortes sociales, los desahucios, y todas aquellas medidas de este gobierno que han contribuido a que se generen mayores desigualdades en nuestra sociedad.

Pero estando de acuerdo con Iglesias y su partido en todos estos puntos, ahora hay que tener visión global. ¿Qué proyecto tienen para España? ¿Es real ese proyecto, es realizable, o es utópico?

Con la demagogia no se gobierna. Una cosa es hablar de deseos y otra llevarlos a cabo. Por ejemplo está hablando de que si ellos gobernasen la edad de jubilación en España sería de 60 años. Muy fácil decirlo. La realidad es que estamos en un país envejecido, en el que para mantener unas pensiones dignas es inviable marcar esa edad de jubilación. A eso hay que añadir que en ningún país de la Unión existe esa edad de jubilación. Y en el mundo los ejemplos no son los mejores, se jubilan a los 60 en Rusia y Colombia. Francamente no quisiera que España se pareciera a ninguno de esos dos países.

¿Es el modelo de Podemos el mismo que el de los países denominados bolivarianos? Es decir Venezuela, Bolivia, Ecuador, Argentina, etc. Pues tengo que afirmar que se parece peligrosamente a ellos.

Yo no quiero para mi país lo que está sucediendo en aquellos países. Estando de acuerdo con él en que hay que cambiar cosas en España, no puedo estarlo en querer convertir España en una república bananera al estilo chavista.

Por ejemplo, cuando se refieren a recuperar el control público de sectores estratégicos de la economía, suena peligroso. Imaginaos al Estado controlando todos los medios de comunicación como sucede en Venezuela. O por ejemplo, que Telefónica vuelva a ser controlada por el gobierno. No existiría competencia y con ello se destruirían miles de puestos de trabajo. ¿O que quieren, que toda la población activa de este país sea funcionaria? Esto es inviable para un Estado. El Estado tiene el dinero que tiene. Cierto es que se puede gestionar mejor de lo que lo han hecho los últimos gobiernos, pero de ahí a que lo pague todo el Estado es imposible.

Otra propuesta ridícula e injusta, la creación de una renta básica para todos. ¿Estamos locos o qué? Lo único que esto originaría serían parásitos de la sociedad, que por cierto, ya existen. Renta básica para el que se lo merezca sí, es decir, para aquel que buscando trabajo y demostrándolo, no lo encuentra. Ahí de acuerdo, pero ¿para todos? Entonces nadie querría trabajar y los que si trabajaran pagarían los caprichos de los que vivieran del Estado. Esto aparte de irrealizable es injusto.

Otro aspecto que suena a demagogia pura es el tema de la inmigración. Yo soy el primero que me gustaría vivir en un mundo sin fronteras, donde cada cual pudiera vivir donde quisiera. Pero siendo realistas, en la actualidad, esto es inviable e inasumible. Imaginaos un país como España con 6 millones de parados en el que pudieran entrar libremente los inmigrantes. Esto sería ingobernable. La gente se moriría de hambre por las calles, habría disturbios. Y no me malinterpretéis, no por los inmigrantes, sino porque no habría trabajo para todos, ni recursos sociales para todos. Todo cuesta dinero. No vivimos en un mundo color de rosa, por desgracia.

Y luego está el asunto catalán y vasco. El partido de Iglesias está a favor del DERECHO DE ROMPER que proponen los nacionalistas. Es decir, estaría de acuerdo en que cualquier pueblo (habría que ver que es un pueblo para ellos), pueda decidir, sin contar con el resto, romper la fraternidad entre ciudadanos. Vamos, que quieren cargarse la soberanía nacional, quieren trocearla. Entonces, ¿los de Badajoz pueden decidir no ser extremeños? Ese supuesto derecho a decidir, que yo prefiero llamar derecho de romper, no existe en ningún país serio, porque volveríamos a la Europa de la Edad Media, donde cada "pueblo" tenía su señor feudal, y así les iba, o incluso antes, cuando cada tribu tenía su líder y no existía igualdad entre los ciudadanos.

Así que, cuando uno vota, aunque pueda estar de acuerdo con alguna de las cosas que el partido de turno diga, no nos debemos quedar con lo superfluo, con las frases que se quedan clavadas, hay que ir más allá. Ver que modelo de país proponen. Y sinceramente, la Unión soviética no es el mejor ejemplo de modelo de buen funcionamiento.

Entiendo los resultados, la gente descontenta con los partidos tradicionales ha decidido dar su apoyo a formaciones nuevas. Pero hay otras formaciones nuevas que proponen cambios en el Estado pero sin volverse locos, sin querer convertir a España en un desastre mayor, por ejemplo, UPyD o Ciudadanos, partidos progresistas, socialdemócratas pero realistas con el mundo del siglo XXI.

Así que, igual que cuando el PP hizo una campaña demagógica en las elecciones generales de 2012 y lo dije, también tengo que decirlo en esta ocasión. Populismos, ¡no, gracias!

viernes, 16 de mayo de 2014

HAY MÁS OPCIONES



El bipartidismo es una enfermedad de la democracia, es más, es una anomalía de esta que la pervierte y la pone en riesgo. La democracia es el sistema de gobierno más justo que hemos conocido en la historia de la humanidad, pero sin unas herramientas que la gestionen e impidan su mal funcionamiento puede suceder que determinados grupos ideológicos, o determinadas élites se perpetúen en el poder y conviertan al sistema más en una plutocracia que en una democracia.

El término democracia viene del griego demos (pueblo), y cracia (poder), es decir el poder del pueblo, aunque en la mayoría de los casos ese poder del pueblo se traduce, únicamente, en poder elegir cada cuatro años los gobernantes de turno. Para un post futuro dejo el asunto de lo necesario de hacer democracias más participativas, que serían más democráticas, valga la redundancia.

Centrándonos en ese ejercicio, que aunque limitado es muy valioso, de poder votar cada cuatro años, debemos asumir nuestra responsabilidad de la situación que vive nuestro país y, si tenemos altura de miras, también Europa.

Desde que hay democracia en España siempre han gobernado los mismos. En los 35 años de democracia sólo han gobernado este santo país tres partidos, UCD, el Partido Socialista y el Partido Popular.Además en todas las elecciones se ha dado la situación que los dos partidos más votados le han sacado a los siguientes un número enorme de votos. Esto se denomina bipartidismo.

El bipartidismo no es algo exclusivo de España, de hecho la gran mayoría de las democracias mundiales tienen este problema. Pero hay voces favorables a este sistema, que sin embargo limita la democracia.

Barreiro (PP) cree que el fin del bipartidismo "no sería bueno para España ni para Europa". Diario 20 minutos

Los que lo defienden creen que es la mejor manera de lograr la estabilidad de un país.Sin embargo en España esta premisa, a pesar del bipartidismo, no se ha cumplido.
El bipartidismo en nuestro país y la ausencia de alternativas políticas a nivel nacional, ha conseguido en la historia de nuestra democracia dos situaciones anómalas que nos han situado en el momento que hoy vivimos:

1. Las mayorías absolutas: Se ha demostrado que cuando un partido gobierna con mayoría absoluta y, por tanto, no necesita acuerdos con otras formaciones para sacar adelante propuestas, suele tratar de ideologizar el Estado conforme a sus ideas. Esto ha provocado, por ejemplo, que en esos 35 años de democracia haya habido hasta 8 leyes educativas distintas. Cada partido que gobernaba la cambiaba y no siempre para mejorar la calidad de la enseñanza, sino para poner su sello particular a las mismas.

La educación en España: una reforma cada 5,3 años,Política. Expansión.com

¿Qué estabilidad es esta para un país?¿No era bueno el bipartidismo para esa supuesta estabilidad?

2. El chantaje nacionalista: Cuando los dos partidos mayoritarios no han obtenido mayorías absolutas, y ante la ausencia de otros partidos con visión nacional fuertes, estos han necesitado de los partidos nacionalistas para poder gobernar con holgura a cambio del chantaje de estos y de permitir que hagan de sus respectivas Comunidades autónomas su coto privado.

De nuevo, ¿qué estabilidad puede tener un país que debe ceder cada legislatura a las demandas cada vez más exageradas de los que no quieren permanecer en España?

El bipartidismo es favorecido principalmente por varios aspectos. Por un lado por la ausencia de la circunscripción única demandada por partidos como UPyD, Izquierda Unida o Ciudadanos. A más circunscripciones, más favorecidos salen las listas de los partidos más votados. Y luego, en nuestro país, sucede que en elecciones como las generales donde los votos de todos los ciudadanos deberían valer lo mismo fueran de donde fueran, resulta que, por ejemplo, se produce la anomalía de que en las últimas generales Izquierda Unida con 500 mil votos más que CIU tenga en el Congreso 5 escaños menos. No me parece justo.

Pero en el fondo de todo esto está nuestra responsabilidad. Somos culpables, en parte. Basta de mirar para otro lado. Ahora si que existen alternativas nacionales a las que quizá haya que dar una oportunidad.

Las últimas encuestas de cara a las elecciones europeas de este 25 de Mayo, aunque muestran un desgaste de los dos "grandes partidos" y por tanto del bipartidismo, muestran también que aún nos resistimos a apostar por formaciones, en algunos casos nuevas o de corto recorrido, que al menos propugnan un cambio de mentalidad de la clase política.

Barómetro preelectoral CIS

Estos nuevos partidos nacieron con la premisa de regenerar la política en España después de 35 años de democracia, democracia que ha ido torciéndose hasta la situación en la que ahora estamos. La corrupción, el desgaste de las instituciones, el inmovilismo, el ver siempre las mismas caras, han hecho necesario y muy sano el hecho de que nuevas formaciones emerjan para devolvernos la ilusión por este país.

Han surgido partidos de todas la ideologías dentro del espectro político. Partidos liberales como Vox, escisión del Partido popular, partidos de izquierda como Podemos, de ideología muy cercana a la de Izquierda Unida, y yo destacaría principalmente dos fenómenos de ámbito nacional, de ideología socialdemócrata que han subido espectacularmente y que quizá en pocos años sean partidos decisivos en la gobernabilidad de nuestro país. Estoy hablando de UPyD y Ciudadanos.

Autobús electoral de Upyd
Estos dos partidos principalmente han recogido el descontento de los ciudadanos con los que hasta ahora nos han gobernado, aunque no lo suficiente. No puede ser que con la que nos está cayendo los dos grandes partidos, según los sondeos, sigan teniendo el apoyo de más del 60% del electorado. No puede ser. 

Pero ya se las apañan PP y PSOE para ponerle trabas a estos partidos y mantenerse ellos en el poder como si España fuese su harén privado.

http://www.elperiodico.com/es/noticias/politica/felipe-gonzalez-apuesta-por-una-coalicion-gobierno-entre-psoe-pais-necesita-3270377

Albert Rivera, líder de Ciudadanos
Si a esto le añadimos la dificultad de los nuevos partidos de ser visibles, por la menor capacidad económica, y por el escaso acceso a los medios de comunicación masivos, pues esto puede explicar que a pesar de todo la gente siga votando a los que no han cumplido con nosotros.

Los medios sociales son la esperanza de que estos pequeños partidos dejen de serlo y lleguen a más y más gente. De hecho su crecimiento es espectacular en los últimos meses.

Dejémosles la oportunidad de demostrarnos que otro tipo de política es posible, asumamos que podemos cambiar las cosas pero esto pasa por participar cuando nos dan la oportunidad. Y sobre todo cuando te dirijas al colegio electoral piénsalo bien porque hay más opciones.