domingo, 1 de junio de 2014

Populismos, ¡no, gracias!


Cuando el Partido Popular llegó al gobierno, lo hizo en medio de la mayor crisis económica que hemos vivido en democracia. Los españoles asustados, no se pararon a pensar en la sensatez de las propuestas populares, ni en si cumplirían con su palabra. Se opto por el camino fácil, creer a la oposición de entonces que culpaba de todos los males al gobierno de Zapatero, aún sabiendo que el problema era mucho más hondo, ya que se trataba de una crisis a nivel mundial, que ni ellos podrían superar tan fácilmente.

Pero optaron por concederle la mayoría, porque no votamos con conciencia, no nos paramos a ver que propone cada partido, y que es verdad y que es mentira de lo que cada partido vocifera. Simplemente nos basamos en determinadas declaraciones que nos llegan a través de los medios de comunicación y que se nos quedan clavadas como espadas. No profundizamos más allá.

El tiempo nos ha dado la razón a aquellos que pensábamos que el gobierno del Partido Popular, no solo no iba a mejorar las cosas, sino que iba a empeorarlas. Y así estamos.

Esto mismo ha ocurrido en las elecciones europeas que se celebraron el pasado 25 de mayo. Aparte de lo incomprensible de la victoria del Partido Popular, aunque bien es cierto que pierde millones de votos, está el caso de Podemos.

La formación de Pablo Iglesias ha conseguido más de 1 millon 200 mil votos en su primera incursión en unas elecciones. En muchas poblaciones se ha convertido en la tercera fuerza política.

¿Dónde esta su éxito? Pues tristemente en el populismo. Pablo Iglesias es un gran comunicador. Muchas de sus intervenciones están cargadas de razón, y yo estoy de acuerdo con él en muchas de sus ideas. Por ejemplo en culpar de la crisis a las grandes fortunas y a los gobiernos que parece que gobiernan para las grandes empresas.

Critica que son las clases más desfavorecidas las grandes perjudicadas y llama a revertir tal situación. Evidentemente estoy totalmente de acuerdo con él. También cuando critica los recortes sociales, los desahucios, y todas aquellas medidas de este gobierno que han contribuido a que se generen mayores desigualdades en nuestra sociedad.

Pero estando de acuerdo con Iglesias y su partido en todos estos puntos, ahora hay que tener visión global. ¿Qué proyecto tienen para España? ¿Es real ese proyecto, es realizable, o es utópico?

Con la demagogia no se gobierna. Una cosa es hablar de deseos y otra llevarlos a cabo. Por ejemplo está hablando de que si ellos gobernasen la edad de jubilación en España sería de 60 años. Muy fácil decirlo. La realidad es que estamos en un país envejecido, en el que para mantener unas pensiones dignas es inviable marcar esa edad de jubilación. A eso hay que añadir que en ningún país de la Unión existe esa edad de jubilación. Y en el mundo los ejemplos no son los mejores, se jubilan a los 60 en Rusia y Colombia. Francamente no quisiera que España se pareciera a ninguno de esos dos países.

¿Es el modelo de Podemos el mismo que el de los países denominados bolivarianos? Es decir Venezuela, Bolivia, Ecuador, Argentina, etc. Pues tengo que afirmar que se parece peligrosamente a ellos.

Yo no quiero para mi país lo que está sucediendo en aquellos países. Estando de acuerdo con él en que hay que cambiar cosas en España, no puedo estarlo en querer convertir España en una república bananera al estilo chavista.

Por ejemplo, cuando se refieren a recuperar el control público de sectores estratégicos de la economía, suena peligroso. Imaginaos al Estado controlando todos los medios de comunicación como sucede en Venezuela. O por ejemplo, que Telefónica vuelva a ser controlada por el gobierno. No existiría competencia y con ello se destruirían miles de puestos de trabajo. ¿O que quieren, que toda la población activa de este país sea funcionaria? Esto es inviable para un Estado. El Estado tiene el dinero que tiene. Cierto es que se puede gestionar mejor de lo que lo han hecho los últimos gobiernos, pero de ahí a que lo pague todo el Estado es imposible.

Otra propuesta ridícula e injusta, la creación de una renta básica para todos. ¿Estamos locos o qué? Lo único que esto originaría serían parásitos de la sociedad, que por cierto, ya existen. Renta básica para el que se lo merezca sí, es decir, para aquel que buscando trabajo y demostrándolo, no lo encuentra. Ahí de acuerdo, pero ¿para todos? Entonces nadie querría trabajar y los que si trabajaran pagarían los caprichos de los que vivieran del Estado. Esto aparte de irrealizable es injusto.

Otro aspecto que suena a demagogia pura es el tema de la inmigración. Yo soy el primero que me gustaría vivir en un mundo sin fronteras, donde cada cual pudiera vivir donde quisiera. Pero siendo realistas, en la actualidad, esto es inviable e inasumible. Imaginaos un país como España con 6 millones de parados en el que pudieran entrar libremente los inmigrantes. Esto sería ingobernable. La gente se moriría de hambre por las calles, habría disturbios. Y no me malinterpretéis, no por los inmigrantes, sino porque no habría trabajo para todos, ni recursos sociales para todos. Todo cuesta dinero. No vivimos en un mundo color de rosa, por desgracia.

Y luego está el asunto catalán y vasco. El partido de Iglesias está a favor del DERECHO DE ROMPER que proponen los nacionalistas. Es decir, estaría de acuerdo en que cualquier pueblo (habría que ver que es un pueblo para ellos), pueda decidir, sin contar con el resto, romper la fraternidad entre ciudadanos. Vamos, que quieren cargarse la soberanía nacional, quieren trocearla. Entonces, ¿los de Badajoz pueden decidir no ser extremeños? Ese supuesto derecho a decidir, que yo prefiero llamar derecho de romper, no existe en ningún país serio, porque volveríamos a la Europa de la Edad Media, donde cada "pueblo" tenía su señor feudal, y así les iba, o incluso antes, cuando cada tribu tenía su líder y no existía igualdad entre los ciudadanos.

Así que, cuando uno vota, aunque pueda estar de acuerdo con alguna de las cosas que el partido de turno diga, no nos debemos quedar con lo superfluo, con las frases que se quedan clavadas, hay que ir más allá. Ver que modelo de país proponen. Y sinceramente, la Unión soviética no es el mejor ejemplo de modelo de buen funcionamiento.

Entiendo los resultados, la gente descontenta con los partidos tradicionales ha decidido dar su apoyo a formaciones nuevas. Pero hay otras formaciones nuevas que proponen cambios en el Estado pero sin volverse locos, sin querer convertir a España en un desastre mayor, por ejemplo, UPyD o Ciudadanos, partidos progresistas, socialdemócratas pero realistas con el mundo del siglo XXI.

Así que, igual que cuando el PP hizo una campaña demagógica en las elecciones generales de 2012 y lo dije, también tengo que decirlo en esta ocasión. Populismos, ¡no, gracias!

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